viernes, 23 de julio de 2010


No se me importa un pito que los hombres
tengan el vientre como magnolias o como pasas de higo;
unas manos de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.


Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo los que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de ti


¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus en celos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡eras una verdadera pluma!


Desde el amanecer volaba en el dormitorio,
volaba del comedor a la cama.
Volando me preparaba el baño, al trabajo..
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres…
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdida entre las nubes, un puntito rosado.
y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte

.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.


¡Qué delicia la de tener un hombre tan ligero…,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes…
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer un hombre etéreo,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos un hombre terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con un toro o con un semental?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de un hombre pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

Poema de Oliverio Girondo

Aplicado a los hombres… esa especie rara…

Y tú, ¿ sabes volar?

2 comentarios:

  1. Me has dejado sin palabras... que bonito. Que gran capacidad tienes para hacer brotar los sentimientos...
    Te felicito por tan hermoso blog, y sobretodo por los temas que escribes... Me encanta leerte!

    Un besazo!

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  2. Gracias Puxi, el placer es mío, verter emociones, sensaciones, sentimientos, con palabras es un poco complicado, tanto como desnudar el alma de los seres humanos, sin miedo a descubrirlas. ;*

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